Si no planificas tu tiempo, alguien más te ayudará a desperdiciarlo.
— Zig Ziglar
Muchos hemos escuchado la expresión de que el tiempo es nuestro recurso más valioso; sin embargo, vivimos en un entorno de distracción constante; y éstas sólo van en aumento.
Los correos entran 24/7, las llamadas perdidas y mensajes se acumulan, y las invitaciones a reuniones (muchas veces sin agenda) solo reducen el tiempo que planeábamos para avanzar. Vivimos en una interrupción constante, y cada día se vuelve más complicado evitarlas.
Nos atormentamos con el sentimiento de culpa de que deberíamos poder hacer más cosas, o hacer las cosas diferentes (o ambas). ¿Cómo estás seguro de que estás haciendo el mejor uso de tu tiempo?
Por mucho tiempo me consideré una "productivity geek". Ya sabes, obsesionada con hacer mi mejor uso del tiempo, y llevar mi vida de esposa, madre de tres pequeños, hija y profesional a flote. Eso significa empezar el día con mis rutinas de la mañana, mis tablas de manejos de pendiente (clasificando los temas que debo resolver "hoy", "durante la semana", "mes", etc.), diferenciando lo urgente de lo importante; bloquearme la agenda en bloques de 45 minutos (la de 25 minutos, conocida como la técnica del Pomodoro no me funcionó), y hacerme espacios de 5 minutos entre reunión y reunión. Alinear mis objetivos del año con mi propósito de vida, y mis valores, tener mi journal, para revisar mis progresos... y la lista sigue. Realmente me sentía muy eficiente, pero frustrada, porque nada era suficiente. La verdad es que la lista de pendientes no termina, y como dependiente, muchas veces las urgencias o prioridades las eligen otros.
¿Has escuchado que el problema no es la falta de tiempo, sino cómo lo usas? Expresiones como esas solo nos llevan a cuestionarnos qué debemos hacer diferente; y por supuesto hay muchas herramientas y sistemas que ayudan.
Sin embargo, si deseas vivir con intencionalidad, realizar un trabajo de fondo, hacer algo realmente importante, es esencial que cambies tu relación con el tiempo. Ninguno puede dar por sentado cuánto tiempo va a vivir, por lo que hay que detenerse a disfrutar el presente. También hay que marcar en la agenda y hacer cumplir los temas que son prioritarios en tu vida.
Vivir priorizando las acciones que realmente importan es un desafío. Hacer la diferencia es difícil, y es una decisión que debes tomar por anticipado.