En la actualidad, las expectativas sobre lo que las personas pueden lograr en su vida son más altas que nunca. Nos bombardean con mensajes que nos dicen que podemos alcanzar casi cualquier cosa si nos esforzamos lo suficiente. Como resultado, la mayoría de las personas pasan gran parte de su vida trabajando arduamente en busca del famoso "éxito".
La sociedad nos ha enseñado a medir el éxito en función de factores externos como la fama, la riqueza y el estatus social. Ser exitoso siempre parece implicar estar comparándonos con los demás. Pero ¿cómo deberíamos medir el éxito realmente?
Cuando hablamos de éxito versus fracaso, debemos preguntarnos qué características tienen en común: Ambos son efímeros, no dependen completamente de nosotros, son fortuitos y están sujetos a la casualidad. Son hechos circunstanciales que poco tienen que ver con nuestras virtudes y cualidades personales.
Como el filósofo Alain de Botton dijo: "La idea de que crearemos una sociedad donde literalmente todos han sido clasificados, los buenos en la cima, los malos en el fondo, exactamente como debería ser, es imposible. Simplemente hay demasiados factores aleatorios: accidentes, circunstancias de nacimiento, enfermedades y otros imprevistos. Simplemente no es factible evaluar a las personas de manera justa y equitativa".
Viktor Frankl, reconocido psicólogo y escritor, propuso una perspectiva diferente. Él sugiere que existe una dimensión comúnmente ignorada pero crucial para nuestro bienestar y felicidad: la línea del vacío y la plenitud.
Como sabemos, hay muchas personas que logran un gran éxito en términos externos, como fama y fortuna, pero que a pesar de ello se sienten infelices, desesperadas o vacías. Es como si no supieran cómo sentirse realizadas en absoluto. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Tenemos el poder de elegir la plenitud en lugar del vacío. Podemos elegir el éxito, pero el éxito no dependerá de nosotros.
¿Dónde preferirías que estuviera tu hijo o tu hija? ¿Te gustaría que fueran exitosos pero infelices, o que encontraran verdadera plenitud y felicidad en sus vidas?
La clave para alcanzar la plenitud y la realización no radica en perseguir el éxito superficial basado en factores externos, sino en vivir una vida en armonía con nuestros valores y principios. La ética y la integridad se encuentran en la línea de la plenitud, donde tomamos decisiones considerando las consecuencias y actuamos de acuerdo con nuestras virtudes. Para crear virtudes, debemos juzgar las consecuencias de nuestras decisiones. Si elegimos la plenitud, elegimos la virtud.
Te pregunto: ¿dónde deseas estar en tu vida? ¿en el éxito o en la plenitud?
"La verdadera felicidad proviene de la posesión de sabiduría y virtud, y no de la posesión de bienes externos" —Aristóteles
La elección es tuya.