Escuchar va más allá de simplemente oír las palabras que se dicen.
Escuchar implica hacer el esfuerzo por comprender lo que la otra persona intenta transmitir.
Escuchar es un arte que requiere evitar los juicios precipitados, los prejuicios, las suposiciones, las réplicas y las críticas.
Cuando escuchamos, evitamos interrumpir, evaluar, no buscamos solucionar el problema, ni nos apresuramos a dar respuestas.
Cuando escuchamos, nos damos la oportunidad de aprender, crecer y conectar.
Escuchar es la base para la comprensión y el respeto. Cuando estamos abiertos a los demás, tenemos la oportunidad de hacer que todas las voces se escuchen, incluso las que han sido silenciadas o ignoradas.
Escuchar es difícil y requiere más que solo atención. Es una habilidad que requiere práctica, persistencia, esfuerzo y, lo más importante, la intención de reconocer lo que no se dice.