Todos deseamos hacer un trabajo que agregue valor. Queremos romper nuestra adicción a lo urgente y dedicar nuestro tiempo a trabajar en cosas que realmente importen. Algo que trascienda nuestro día a día, algo más grande que nosotros mismos.
Convertir en hábito la tarea de definir qué es lo más importante del día —qué es aquella única cosa que puedes hacer hoy que hace todo lo demás más fácil o innecesario— te dará claridad sobre:
en qué estás progresando; y
que el trabajo significativo es importante.
Definir la tarea más importante de cada día nos permitirá comprender que tenemos el control. Que nuestras acciones y elecciones modelan nuestra vida. Cuando vemos que estamos progresando, incluso si son pequeñas victorias, fortalecemos nuestro estado emocional y motivacional. Experimentamos una mayor satisfacción y motivación en el trabajo, lo que nos hace más propensos a ser productivos y creativos.
En un mundo donde las distracciones son cada vez mayores, la capacidad de enfocarse en lo más importante y comprender que cualquier cosa valiosa puede tomar mucho tiempo es cada vez más crucial.
No menosprecies los pequeños pasos y momentos de rutina, diligencia y compromiso. Porque son esos pasos los que nos llevan a lograr las cosas que buscamos.
Las mejores elecciones se multiplican con el tiempo.