Qué definimos por éxito

Existe una ansiedad casi universal que rara vez se menciona, la ansiedad de qué piensan otros de nosotros; la ansiedad de cómo juzgarán si hemos tenido éxito o si hemos fracasado; si somos ganadores o perdedores.

Hay un interés y presión muy fuerte por el status, por hacer línea de carrera aceleradamente. Porque muchas personas tienden a valorarnos o ser más amables de acuerdo al status que tengamos. Alain de Botton, filosofo moderno y escritor de varios libros, es un observador de estas paradojas.  En el video hace mención que no es coincidencia que la primera pregunta que nos hacen cuando te encuentras con conocidos, es ¿qué haces?.

En su presentación de “Una filosofía del éxito más benévola y moderada” comparte su visión de algunas falacias sobre lo que concebimos como éxito.

Algo interesante sobre el éxito es que creemos saber qué significa. (…) Sin embargo, muchas veces las ideas sobre lo que significaría vivir exitosamente, no son nuestras. Son absorbidas de otras personas. Absorbemos también mensajes de todo tipo, desde la TV, la publicidad, el marketing, etc. Esas son fuerzas enormemente poderosas que definen lo que queremos y cómo nos vemos a nosotros mismo. (…) Lo que quiero argumentar no es que debamos abandonar nuestras ideas de éxito, sino que deberíamos asegurarnos que son nuestras. Debemos enfocarnos en nuestras propias ideas y asegurarnos que somos dueños de ellas, que de verdad somos los autores de nuestras propias ambiciones; porque ya es malo no conseguir lo que quieres, pero saber lo que quieres, y descubrir al final del camino que no es lo que querías, es mucho peor.

Cómo definimos el éxito afecta profundamente cómo y por qué hacemos las cosas.

Persuasión no es Manipulación

Connor Neill hablando sobre la persuasión:

Persuadir no es manipular. Manipular es conseguir que alguien haga algo que me interesa a mí. Persuadir, en cambio, es conseguir que alguien haga algo que es de su interés y también del mío.

Para persuadir a alguien necesito entender qué considera importante. Por ejemplo, qué entiende por calidad de vida; cómo sería un buen día para él; cuál es el mayor obstáculo en su vida ahora mismo; o, qué es importante para ella. Una vez que comienzo a entender esto, puedo empezar a utilizar las herramientas de la persuasión. Puedo ayudarlo a conseguir algo que es importante para él y que, a la vez, es importante para mí.

(traducción libre)